Funciones ejecutivas, qué son y para qué sirven

Hoy queremos abrir un canal de comunicación donde compartir información que puede ser de vuestro interés para conocer mejor como funcionan nuestros procesos mentales y emocionales y como reflejo nuestra conducta.

En esta primera incursión queremos hablar de Funciones Ejecutivas.

El motivo es sencillo, las funciones ejecutivas son definidas como las rutinas responsables de la monitorización y regulación de procesos cognitivos superiores claves para la realización exitosa de tareas complejas. Engloban un amplio abanico de habilidades cognitivas fundamentalmente dirigidas al logro de una meta y orientadas al futuro.

Anatómicamente su funcionamiento se asocia con el Córtex Prefrontal, y como consecuencia están vinculadas de forma crítica con los procesos considerados más humanos, El córtex prefrontal, llamado también “centro de la personalidad” controla funciones claves para el ser humano como la atención, la memoria y la inteligencia, las funciones ejecutivas ya nombradas, la conducta social, la motivación o las emociones.

Los procesos claves implicados en las Funciones ejecutivas son:

  • Flexibilidad cognitiva: Capacidad para adaptar nuestra conducta y pensamiento a situaciones novedosas, cambiantes o inesperadas.
  • Inhibición: Capacidad para controlar respuestas impulsivas o automáticas y generar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento.
  • Monitorización: Capacidad para supervisor la conducta que llevamos a cabo y asegurarnos de que cumple el plan de acción establecido.
  • Planificación: Capacidad para pensar en el futuro y anticipar mentalmente la forma correcta de ejecutar una tarea o alcanzar una meta específica.
  • Memoria de trabajo: Capacidad para almacenar temporalmente y manipular la información, con el fin de realizar tareas cognitivas complejas.
  • Toma de decisiones: Capacidad para elegir una opción entre diferentes alternativas de manera eficiente y meditada.
  • Resolución de problemas: Capacidad de llegar a una conclusión lógica ante el planteamiento de una incógnita.

Una vez visto qué son las funciones ejecutivas entender su importancia en nuestra vida, ya no solo de relación, sino laboral, familiar y personal, no es tan complicado.

Si consideramos nuestro desarrollo, quizás podamos clarificar más aun su importancia. Cuando somos pequeños nuestros padres y educadores se encargaban de regular todo este proceso ejecutivo ya que nos levantaban de la cama, nos lavaban, vestían, etc., nos llevaban al colegio donde nos recogían nuestros profesores que se encargaban de nosotros hasta que nuestros padres nos recogían de nuevo y cerraban el proceso diario … decisión y ejecución autónoma “0”. Cuanto más vamos creciendo más necesarias se hacen para nuestra adecuada integración hasta nuestra etapa adulta donde son claves para nuestro éxito diario.

Lógicamente la siguiente pregunta que nos hacemos es, ¿son “trabajables” estas funciones ejecutivas si considero mi nivel madurativo inferior al esperado?

La respuesta es que gracias a nuestra plasticidad cerebral (capacidad del sistema nervioso para modificar su estado, creando nuestras estructuras y conexiones neuronales, en función de las condiciones del medio) cualquier persona que lo desee puede entrenar y mejorarlas.

La realización continuada y repetitiva de ejercicios actuará sobre su estructura cerebral, en concreto en las redes neuronales implicadas en la función que esté entrenando para restaurar la función deseada.

Este trabajo debe ser dirigido y monitoreado por un profesional que nos ayudará tanto en su evaluación como en el trabajo diario ya que el desarrollo ejecutivo implica liberar también frenos emocionales que es posible se nos resistan si tratamos de realizar el proceso por nosotros mismos.

De cualquier forma a modo de “tips” para trabajar inicialmente planteamos

  • Flexibilidad y Toma de Decisiones: Juegos de mesa como ajedrez, damas, scrabble u othello.
  • Inhibición y autorregulación: Practicar la autorregulación emocional realizando técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación y el control de impulsos, por ejemplo, esperando unos minutos antes de satisfacer un antojo, pensando primero si es necesario hacerlo.
  • Planificación y organización: Elaborar un plan semanal o diario para las tareas y compromisos donde vas tachando las realizadas en color llamativo para que su finalización sea fuente de motivación, utilizar una aplicación de gestión de tareas para ayudarte a mantener un seguimiento de tus responsabilidades.
  • Memoria de Trabajo y Atención: Juegos diversos que podemos realizar por nosotros mismos como buscar diferencias en imágenes, rompecabezas o realizar ejercicios de concentración, como memorizar la lista de compra asociándola a rutinas diarias.
  • Resolución de problemas: Resolver problemas de lógica y acertijos.

Autor/a:

Conoce Myo

Nuestros servicios

Descubre de qué formas podemos ayudarte en lo que necesites

Conoce al equipo

Conoce al conjunto de profesionales que forman parte de MYO

Últimas noticias

Informate sobre temas de actualidad acerca de la salud física
favicon Myo Madrid
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.